La Bioenergía y la existencia de campos magnéticos alrededor de los organismos vivos ha mantenido diferencias y cautela en su aceptación, entre lo planteado y exhibido por las ciencias medicas occidentales, las que exigen demostración de veracidad con hechos científicamente demostrables, los cuales puedan ser repetidos con el mismo nivel de éxito por un gran número de profesionales y un aval suficiente de evidencia clínica, en cierto modo niegan la existencia de este fenómeno físico-biológico. Mientras las culturas orientales postulan por la existencia de estos campos electromagnéticos como resultado de la interacción del hombre con el medio que le rodea, lo que determina su salud y bienestar, tratándose este modo el proceso de curación como una práctica milenaria con preocupación sobre la profilaxis de las enfermedades antes de la existencia de la misma. También ubica al hombre como parte del universo, donde los fenómenos de este supondrían un desequilibrio para su organismo.
Si bien los experimentos y los avances de las ciencias y la técnica en el campo de la salud han develado secretos hasta ahora desconocidos con la utilización de sofisticados equipos, las ciencias y la práctica de las artes milenarias orientales han esbozado y demostrado solo con la observación y en muchos casos el empirismo, los modos de lograr la profilaxis y la cura de las enfermedades en los individuos. Se trata pues, citando a Carlos Nogueira en su introducción al libro Acupuntura Fundamentos de Bioenergía, donde argumenta que “La Medicina Tradicional China (MTCh) y en concreto la Acupuntura y la Moxibustión es una ciencia médica y como tal tiene su propia fisiología, anatomía, etiopatogenia, diagnóstico y tratamiento y, por tanto, su estudio debe desarrollarse en base a un esquema de progresivo conocimiento que permita al terapeuta realizar tratamientos fundamentados en la lógica del conocimiento y no en formularios o combinaciones secretas que en el mejor de los casos actúan de una manera sintomática sin tener en cuenta el factor etiológico”. Esto fue expuesto por Nogueira al plantear también “lo difícil de traspolar los términos de la MTCh a la ciencia médica actual y hacerlos comprensible” labor que describió como “delicada y la necesidad de una metodología y desarrollo didácticos sumamente complejos.” En el libro Medicina Tradicional China de la Escuela Neijing, el hombre es la materialización de una energía del cosmos, que se proyecta a través de los padres, para constituir nuestro capital genético, luego cuando el hombre se hace independiente, después del nacimiento, se desarrolla todo un sistema de canales, lugares por donde transcurre la energía y que es consecuencia de nuestra alimentación y respiración. Se forma así canales de energía que nos permite estar en simbiosis homeostática con el medio ambiente.
¿Qué es la energía?
Antes de introducirnos en la temática de la bioenergía, expresaremos la definición de energía, su importancia para el correcto funcionamiento orgánico, las fuentes de origen de la energía en el organismo humano, y los postulados de las practicas orientales, que fundamenta la salud y el bienestar de los individuos.
La palabra energía proviene del griego ἐνέργεια enérgeia, «actividad», «operación»; de ἐνεργóς energós, fuerza de acción» o «fuerza de trabajo) y define la capacidad de realizar trabajo, obrar y provocar movimientos, la existencia de la vida en todas sus formas, se basa en la conversión, uso, almacenamiento y transferencia de energía.
Tipos de energías según su origen:
La vida, en todas sus formas, es completamente dependiente de la energía, siempre está presente vital. Los vegetales consumen energía solar (energía radiante) para poder a través del proceso fotosintético, elaborar sustancias energéticas (hidratos de carbono) que les permiten disponer de la energía química necesaria para desarrollar sus funciones vitales. Los organismos animales se nutren energéticamente, en forma directa (herbívoros) o indirecta (carnívoros) de los vegetales.
El organismo humano lo integran millones de células que a la vez forman nuestros tejidos y órganos, las cuales necesitan energías para realizar sus funciones, ya sea contraerse si son de músculo, o enviar un impulso eléctrico de una neurona a otra si pertenecen al sistema nervioso. La energía que requiere el cuerpo se obtiene de las grasas, glucosa y nutrientes. El metabolismo tiene como objetivo transformar lo que comemos en energía. Por ello, lo que ingerimos produce una fuente energética universal, conocida como ATP, la cual nos mantiene vivos. Mediante la función de nutrición el hombre toma del exterior materiales (alimentos) que él organismo se encarga de convertir en sustancias propias. Nuestro organismo es capaz de transformar la energía química de los alimentos en energía mecánica (movimiento), energía térmica (calor) y energía eléctrica (transmisión de impulsos nerviosos).
¿Qué es la Bioenergía?
Llegado a este punto podemos resumir que la Bioenergía en términos terapéuticos trata de explicar las afecciones que sufre el ser humano y describir el campo de energía que envuelve a todo ser viviente, utilizando los postulados de la medicina oriental. Utilizando términos como energía inmanente, energía sutil, energía vital, energía magnética y energía universal. La bioenergía podemos afirmar que es la fuente de activación natural donde las células toman del medio natural los nutrientes básicos necesarios para poder realizar sus funciones dentro de los organismos vivos.
Los tratamientos bioenergéticos tienen como objetivos a través de un grupo de técnicas aumentar o restaurar el capital energético del organismo, (deteriorado por agentes patógenos) tales como cambios climáticos desórdenes alimenticios o las propias emociones a través las energías internas del organismo, apoyándose para ello en la utilización de los llamados puntos de acupuntura y los canales energéticos.
¿Cómo expresa la Medicina Oriental esta energía en el hombre?
Según Jean Borsarello en su libro Manual de Acupuntura refiriéndose a la energía, describe que los chinos consideraban que la salud era, asimismo, el resultado de la libre circulación de energías que permitían subsistir al ser vivo.
En la introducción del libro Acupuntura Puntos y Meridianos los autores Angela Gandaria Marsilli y Juan de Armas Valdés explican que “en la literatura médica se hace referencia a un tipo de energía diferente a la que sustenta la actividad orgánica y sus funciones desde el punto de vista de la medicina occidental, se trata de la energía vital, considerada como primordial en todos los organismos vivos y que en la medicina oriental constituye el componente primario de todo proceso fisiológico, que expresa el estado de salud mediante el balance energético y da origen a un sistema dialectico expresado en el Yin y el Yang, elementos que se contraponen, pero al mismo tiempo se complementan y permanecen unidos”. La Teoría del yin y del yang tiene importantes aplicaciones en fisiología, patología, diagnóstico y terapéutica.
Este sistema dialectico define una de las bases fundamentales de la medicina tradicional oriental, que expresa la energía vital como Qi en China, Ki en Japón, Mana en Polinesia, Kundalini o Prana en La India y así de diferentes formas en cada país del mundo asiático, mencionándose su circulación por todo el cuerpo a través de canales o meridianos que no tiene relación con el sistema linfático, nervioso ni circulatorio.
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